A veces pensamos que para mejorar la concentración o el lenguaje de los niños necesitamos grandes cambios… pero muchas veces basta con algo pequeño y constante.
Uno de los hábitos más poderosos que podemos incluir en la casa es un momento de lectura diaria de solo 10 minutos.
No requiere materiales especiales ni tiempos largos: solo un libro, un rincón cómodo y ganas de compartir.
¿Por qué leer todos los días?
La lectura diaria tiene un impacto enorme en el desarrollo:
- Aumenta el vocabulario y mejora la comprensión.
- Fortalece la atención sostenida.
- Estimula la imaginación.
- Genera un momento de calma y conexión entre adultos y niños.
Son 10 minutos que ayudan al cerebro y también al corazón.
¿Cómo crear una rutina que funcione?
No tiene por qué ser complicado. Aquí algunas ideas sencillas:
- Fija un horario: antes de dormir o después de la comida.
- Mantén un rincón lector con una manta y buena luz.
- Elige juntos el libro para que sea un momento esperado.
- Haz la lectura divertida: cambia la voz, haz preguntas, comenta las imágenes.
Lo importante no es leer perfecto, sino compartir un momento cercano y repetido.
¿Qué pueden leer?
Cuentos cortos, libros con ilustraciones grandes, historias de animales, libros favoritos de la infancia. Todo sirve, siempre que a los niños les interese.
Un pequeño hábito que deja huella
Diez minutos diarios pueden mejorar la concentración, el lenguaje y la seguridad emocional. Y lo mejor: crean un momento especial que los niños recordarán con cariño.
¿Qué historia leerán hoy?
